Ser empáticos: debemos ser capaces de sintonizar con el alma infantil de nuestros pequeños, reconocer y valorar sus necesidades auténticas sin pensar que son caprichos.
Horizontalidad: tratar a los niños como a iguales. No hacer al niño lo que no nos gustaría que nos hicieran.
Límites y disciplina razonable, no punitiva, flexible, democrática, humanizada y respetuosa de los derechos del niño.
Responder de inmediato y sostenidamente ante las necesidades, sentires y expresiones del niño (a medida que crecen la respuesta se puede ir demorando, de acuerdo a la situación).
No hay comentarios:
Publicar un comentario