miércoles, 25 de septiembre de 2013

Nombrar las emociones


Ponerle nombre a nuestras emociones, y de esta forma,  reconocerlas, alivia lo que sentimos.  Nos organiza y podemos entonces hacer algo con ellas.  Si reconocemos como adultos, por ejemplo, que estamos enojados, es probable que en vez de "explotar" con alguien que queremos, podamos decidir salir a caminar, charlar con un amigo o descansar un rato.  
Es importante entonces ayudar a los niños a nombrar y reconocer lo que sienten.  "Prestarles" o mejor "regalarles" palabras que ayuden a entender lo que les pasa.  ¿Te sientes cansado, cariño? ¿o estás aburrido? ¿Estás enojado con...? ¿estás triste porque  la abuela se volvió a su casa? ¿te sentiste frustrado en el colegio cuando no lograste resolver el ejercicio?.  Podemos también dar ejemplos de nuestra vida en donde nos sentimos de manera similar: "cuando yo era chica me sentía horrible cuando algo no me salía en la escuela, luego me di cuenta que si seguía intentando lo lograba. Pedir ayuda a la maestra o a mi papá me ayudaba"
 Cuanto más pequeños sean tus hijos menos posibilidades tienen de nombrar lo que sienten y muchas veces tampoco conocen el significado de determinadas emociones y podemos tratar de explicarlo en forma corta y concreta.  ¿Te sientes mal porque mamá tiene que pasar mucho tiempo con tu hermanito? ¿estás celoso? ¿vamos a leer un cuento los tres juntos? Con esta última pregunta lo invitamos a hacer una actividad que sea placentera para él y le enseñamos que cuando uno no está bien tiene alternativas positivas para lidiar con sus sentimientos.  Además es muy importante que ellos se sientan comprendidos. "Me imagino cómo te sientes" "cuando era niña se me hacía un nudo en el estómago cuando me pasaban estas cosas, justo aquí, mira"

Valeria







jueves, 19 de septiembre de 2013

Contacto con el bebé

Si el bebé estuvo 9 meses en contacto directo con el cuerpo de su mamá, ¿por qué pensamos que al nacer necesitará algo diferente?
La cultura y el concepto de "malcriar" alejan a los papás de lo que "les dicta el corazón", de lo instintivo en relación a la crianza. ¿Cómo podemos pensar que alzarlos cuando lloran, abrazarlos, acunarlos, darles el pecho el tiempo que ellos desean y protegerlos puede ser perjudicial para ellos?


miércoles, 18 de septiembre de 2013

¿Niños "molestos"?



                                               


¿Qué opinan de un curso para profesionales de la salud que se llama: "Cómo tratar niños molestos"? ¿Piensan que a alguien se le ocurriría armar un curso que se llame "Cómo tratar adultos molestos"? ¿Tratamos a los niños porque nos molestan o porque algo les está sucediendo y les genera sufrimiento a ellos y nosotros? Me pareció muy irrespetuoso el nombre del curso, pensando además que será dictado por alguien que se ocupa de la salud mental de los niños.

lunes, 16 de septiembre de 2013

Tu hijo es sincero


¡Cómo nos gustaría tener un hijo mentiroso! Que nunca dijera en público “¿Por qué esa señora es calva?” o ¿Por qué ese señor es negro?” Que contestase “Sí” cuando le preguntamos si quiere irse a la cama, en vez de contestar “Sí” a nuestra retórica pregunta “¿Pero tú crees que se pueden dejar todos los juguetes tirados de esta manera?”

Pero no lo tenemos. A los niños pequeños les gusta decir la verdad. Cuesta años quitarles ese “feo vicio”. Y, entre tanto, en este mundo de engaño y disimulo, es fácil confundir su sinceridad con desafío o tozudez.




Dr. Carlos Gonzalez, pediatra
Extractado de “Besame mucho”

¿Más motivos para tratarlos bien?


Los buenos tratos son fundamentales para los niños porque nacen inmaduros: su vida y desarrollo dependen de las competencias parentales de sus padres biológicos o de sus cuidadores.

-Los niños y las niñas necesitan ser educados con amor, que no es incompatible con la autoridad.

-Los niños y niñas necesitan construir una identidad individual y social a partir de relatos coherentes, verídicos, respetuosos de los derechos humanos, basados en la equidad de sexos, la justicia, la paz y la solidaridad.

Jorge Barudy


¿Respetamos el deseo de nuestro bebé?



Estás con tu bebé en brazos, no importa de qué edad. Otra persona te pide alzarlo (familliar, amiga, conocida). ¿Te has puesto a pensar si observas cual es la reacción del bebé, no importa cuan pequeño sea, antes de entregarlo? Ellos dan señales desde muy temprana edad respecto de si desean ir con otra persona o quedarse en tus brazos. Lo mismo si una vez que están con otra persona desean seguir allí o volver contigo. ¿Lo tienes en cuenta? ¿Observas que la gente suele respetar el deseo del bebé o el del adulto?