jueves, 17 de marzo de 2016



Golpes y castigos en la crianza




Ningún golpe a un niño es justificable. Gritos, empujones, amenazas, quita de privilegios, castigos y golpes son todos, en diferente grado, parte del abuso que se comete contra los niños día a día. ¿Harías lo mismo con tu esposo/a? ¿Con el mesero que te atiende? ¿Con tus amigos?
¿Piensas que los castigos y alguna nalgada a tiempo no te han marcado negativamente? tanto nos han marcado que naturalizamos la violencia hacia los niños. No nos damos cuenta del poder para marcar de por vida la personalidad, que tienen la violencia física y verbal. No nos damos cuenta de la humillación a la que sometemos a nuestros hijos. ¿Podemos percibir su miedo? (¿la misma humillación y el mismo miedo que habremos sentido nosotros y tuvimos que negar para seguir adelante?). 
Es esa violencia a la que fuimos sometidos, la que hoy nos ciega.  Cortemos el círculo vicioso. Probemos responder desde el amor.




Los niños son los más vulnerables. Son a quienes debemos cuidar, guiar y proteger. ¿No sabes de que otra forma hacerlo? búscala. Investiga. Infórmate. Vale la pena. ¿Hay muchas cosas más importantes en tu vida? Cada vez que un padre abre los ojos frente a la violencia encubierta en "lo hago por su bien" o “lo hago para enderezarlo”, aumentan las posibilidades de construir un mundo más pacífico. No son los “chancletazos” recibidos de chicos los que nos hacen personas de bien, como muchos creen.  Somos personas de bien, pero sufrimos depresiones, ansiedad, insomnio y tantas otras dolencias.
Ponernos en los zapatos de los niños, mirar la vida desde su óptica y respetarlos por encima de cualquier cosa, son claves que ayudan y de las que hablaremos en próximas aproximaciones.

Cito las palabras de Alejandro Jodoroswky: "Cada vez que le pegas a tu hijo infectas al mundo entero". 

Lic. Valeria Wesler (Psicóloga)

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